Legado de bondad

La trágica muerte de su hijo lo marcó para bien. A pesar de que Erick Moisés Bonilla perdió a su hijo quien llevaba su mismo nombre, en una regata de carros hace cuatro años, el espíritu de bondad que tenía el muchacho sigue reinando en su corazón, y en su honor practica la costumbre que tenía su hijo de ayudar a los más necesitados.

En medio del llanto, al recordar a su primogénito, Moisés dijo: “Yo soy pobre, pero hay personas peores que necesitan mi ayuda”, es por eso que cada fin de año le entrega una canasta de comida a alguna familia de escasos recursos.

Moisés, se describe como una persona polifacética, pues es un gran chapistero. Además es el paño de lágrimas de sus vecinos, “Le soluciono todos problemas con alegría en mi corazón”, comentó con una sonrisa.

Esta vez, llevó su grano de arena a la comunidad de Los Lirios en Río Congo, corregimiento del Arado, a una familia con un gran número de niños.