Vienen desde Chitré. Un largo viaje emprenden para ofrecer variados productos a los capitalinos. César Poveda y Diógenes Marciaga, ambos se han dedicado a la venta de dulces, potes, sillas mecedoras, tierra negra, queso blanco, pero lejos de su tierra. Llegan los miércoles y por una semana recorren las diferentes calles de la ciudad capital, con un camión donde llevan la mercancía que ellos compran en diferentes provincias.

A raíz de la situación económica, Poveda dijo que decidió entrar en este negocio porque su familia lo necesitaba.

Antes trabaja en una empresa privada, pero ahora está mejor. Reconoce que las cosas no son tan fáciles, más aún por el viaje que por semana tienen que hacer, pero en lo que se refiere a ganancias siempre el negocio les deja algo. Ese dinero que prácticamente se hacen es para su hogar y sus hijos.

Cuando llegan a la ciudad, se quedan donde unos familiares en Bello Horizonte, Don Bosco.

Mientras Poveda hablaba sobre cómo le iba en el negocio, Marciaga prefería sólo permanecer callado, aunque en su rostro se veía que estaba de acuerdo con lo que decía su compañero de trabajo.