Un día a la vez

Redacción | DIAaDIA

Es la víspera de Año Nuevo. Para muchos, es tiempo de celebrar el Año Nuevo. Algunos festejarán, otros asistirán a retiros, vigilias de oración en las iglesias y servicios de veneración, mientras que otros se quedarán en casa alejados de los conductores ebrios.

Esta tarde solía ser muy dolorosa para mí. Hace muchos años, un buen amigo mío falleció en la víspera de Año Nuevo. Falleció haciendo algo que disfrutaba cuando su paracaídas nunca se abrió. Cayó de golpe hacia la tierra y nunca recuperó el conocimiento. Como resultado de esto, vivo con una aguda apreciación de lo frágil y preciado que es la vida. Cada día es un regalo. A menudo les digo a mis amigos y parientes que los quiero mucho. A menudo digo, "Que Dios te bendiga". Trato de vivir cada día como si fuera el último, pidiendo perdón cuando es necesario, haciendo las paces cuando es posible y evitando irme a dormir con ira. Y trato de bailar en cada oportunidad que tengo.

Valoro los recuerdos que tengo de mi fallecido amigo. Mi querida abuela me enseñó a honrar la memoria de aquellos que no están más con nosotros, agradeciendo a Dios por estos recuerdos.

Para el año siguiente, les recomiendo permitir que las enseñanzas de Jesús le ayuden en los días, las semanas y los meses venideros. Que tengan un feliz Año Nuevo. A medida que cerramos el año, se me viene a la mente una vieja bendición gaélica: "Que el Señor lo lleve en sus manos".

Por eso, que Dios les bendiga, y no permita que se olviden de lo bueno del mundo.

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados