Aún existen personas con sensibilidad social en la ciudad de Santiago.
Este el caso de la señora Olga Castro, una dama residente en esta ciudad y que trabaja duro como vendedora en almacenes, pero que tiene un corazón muy noble.
En días pasados, después de una larga jornada de trabajo, se detuvo a prestarle la ayuda al discapacitado Evelio Batista, de 54 años, quien desde pequeño no camina y todas sus necesidades las hace en una silla de ruedas.
Olga Castro no reparó en el estado o condiciones de Evelio y lo ayudó a asearse un poco. Lo aprendí de mis padres y abuelos”, dijo. Además, que no le importa a quién debe ayudar en su momento ni en qué condiciones está.
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