Pero ese no es el problema, pues creo que uno puede darles la mano a sus amigos, sino que las hijas de esa señora son unas confianzudas.

¡Ay, Moza!, esas chicas se están poniendo mi ropa, me tocan mis prendas, se comen mis cosas, usan mi maquillaje y no sé qué más decirles porque mi mamá se los permite. La cosa es que ya no quiero que eso siga pasando y deseo que me ayudes a tomar una decisión.

Quiero decirle a mi madre que si ella quiere puede seguir manteniendo a esa señora y sus hijas, pero si no pone de su parte y deja de permitirle todo lo que te dije, me iré de casa a vivir con mi padre.

Soy del parecer que las cosas de los demás se respetan y si no voy a tener privacidad allí, prefiero irme a casa de mi padre a aguantar a su esposa.

Dame un consejo, por favor, que lo necesito, Teresa.

HABLA CON TU MADRE
Hola Teresa, me alegra que me hayas escrito. Me pides un consejo y creo que tienes razón en algunas cosas, pues tu madre no tiene por qué prestarles tus cosas a esas muchachas, por mucha confianza que le tenga a su madre. Además, creo que esa señora también debe ser consciente de lo que hacen sus hijas en la casa ajena, ya que no deben comerse nada que no le ofrezcan, ni usar lo que no es suyo.

Me parece que sí debes hablar con tu mamá para que le expliques bien lo que te pasa, estoy segura de que te entenderá y encontrará una solución.

Lo que no sé si es correcto es que la dejes sola ahora que esas personas están en tu casa, puesto que puede ser una opción equivocada, sobre todo porque pueden entonces instalarse, en vez de buscar a dónde irse. Piénsalo. ¡Suerte!