Como un milagro del Cristo Negro de Portobelo fue considerado el hecho de que Mario Marín, de 28 años, residente en Buenaventura, sobreviviera al vuelco del vehículo que conducía, el cual fue colisionado por otro automóvil que en área prohibida estaba dando una vuelta a pocos metros de la ciudad de San Felipe de Portobelo.
Marín resultó con golpes, luego de dar varias vueltas con el vehículo que cayó al mar con las ruedas sobre el arrecife, mientras Julio Torres, de 21 años, residente en Pedregal y conductor del otro vehículo con placa 127732, resultó junto a otros tres ocupantes con heridas leves, luego de impactar el auto de Marín que corrió peor suerte, ya que se puede decir que "voló" por los aires y fue a parar a las aguas del océano caribeño.
El hecho provocó pánico en los residentes del área, quienes por tercera vez presencian un accidente donde los vehículos involucrados han caído al mar en el mismo sitio, que consideran "salado".
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