Sólo duró seis meses.
Con la tristeza de un tango, predestinada a un trágico final, la aventura española de Carlos Bianchi concluyó ayer, sin cumplir ninguna de las expectativas que despertó cuando en junio aceptó dirigir al Atlético de Madrid y abandonó su retiro para demostrar que también podía ser grande en Europa. "El Virrey" se fue por la puerta de atrás, sin apoyo de la directiva ni de jugadores, e incomprendido por una afición que lo acogió con júbilo y pidió con fuerza su destitución.
|