Gloria Esther Pinto, madre de Amador, indicó que sólo rezaba pidiéndole a Dios que no le quitara otro de sus hijos, ya que hace algunos años perdió uno en un accidente de tránsito. Pinto aseguró que casi muere de la preocupación, pero nunca dejó de pedir a Dios por su hijo y sus compañeros.

En tanto Amador Pinto, señaló que trabajaba en la construcción, pero al verse desempleado, decidió volver a las labores de pesca.

"Fueron momentos duros los que vivimos sin comida y sólo con una botella de agua que compartimos en alta mar, porque lo peor aún no pasaba", señaló .

Manifestó que se encontraban pescando y el motor de la panga se averió. Desde entonces se encomendaron a Dios, que no los abandonó.

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