SECCIONES
DE INTERES

 
enviar por email versión para imprimir

Google
 

  OPINION
ENTRE NOS
¿Guiar o reprimir?

Redacción | DIAaDIA

Una amiga muy querida estaba en el cine con su esposo e hijo, cuando de repente "alguien" la saludó.

Su cabello era azul, "parado" a punta de gel y su vestimenta no parecía la de un varón adolescente. El pantalón le quedaba pegadito a su cuerpo y el suéter muy ancho. Para completar semejante apariencia, sus cejas estaban perfectamente delineadas, en otras palabras, se las depilaba. Al lado de él, muy ufana, estaba su novia.

Era su sobrino, quien la saludó con un dejo de "porque sí", por no dejar y se retiró.

Mi amiga, estupefacta, aún no reaccionaba. Ese jovencito no se parecía en nada al sobrino que conocía y que tenía algún tiempo que no veía.

Ella me contó eso sumamente consternada. Sabía que su sobrino no se había vuelto marica, pero su apariencia era otra cosa. ¡Y eso que no le vio las piernas! ¡De seguro las tenía depiladas!

En ese momento le conté que mi hija, de 15 años, se había puesto de acuerdo con una amiga para ir a pintarse el pelo con mechones fucsia y rojo. "Tú que te pintas el pelo así y yo que te dejo calva", la amenacé yo. La amiga se lo pintó, ella no.

¿Resultado? La mamá de su amiga sí la comprendía y yo a ella no, según sus palabras. ¿Mi respuesta?, "la mamá de su amiga era una y yo, su mamá, era otra".

Aquí voy al punto. Somos los padres quienes tenemos la obligación de guiar a nuestros hijos. La moda siempre será cambiante, siempre serán "otros tiempos", pero los padres siempre tendremos la misma responsabilidad: guiar, orientar.

No porque los "pirsin" en el ombligo, en los pezones, en la lengua y hasta en los genitales están de moda, nosotros tenemos que permitirles a nuestros hijos que se pongan uno, o dos o tres.

Recuerdo en mis tiempos (ya soné como una vieja… y no lo soy) cuando el afro, el pelo largo, los pantalones a la cadera, la basta ancha, las hebillas grandes estaban de moda. Mi pobre hermano no podía cargar el pelo ni un poquitín largo, porque mi papá ponía el grito en el cielo: ¡meto, vea, vaya a cortarse ese pelo que yo aquí no quiero mari…

Creo que es necesario un balance. La vida de hoy siempre será distinta a la de ayer. Se puede "negociar" con los hijos adolescentes, pero jamás permitirles el libertinaje, ni con su vestimenta ni con las reglas de la casa. Eso es parte de su formación, de la que dependerá el éxito o fracaso en su vida. ¡Y con eso, no se juega!

   
 
ADEMAS EN ESTA SECCION...
¿Guiar o reprimir?
Baila lento

ciudad de panamá 
copyright © 1995-2008 DIAaDIA ONLINE, todos los derechos reservados