Un tremendo susto. Ricardo Thompson, un anciano asilado en el Hospital Nacional de Larga Estancia de Veracruz, estaba afuera en los pasillos el sábado en la tarde cuando su hija Yariela, que había ido a visitarlo, le manifestó que dos hombres caminaban por detrás de uno de los pabellones del nosocomio.
Acto seguido se dio la alarma. El pabellón 4 de hospitalización comenzó a arder en llamas. Un contingente del Cuerpo de Bomberos iba a realizar prácticas cerca del lugar y terminó sofocando el siniestro.
En el pabellón no había ni un solo adulto mayor. Las infraestructuras, que en su parte superior eran de madera, fueron pérdida total, se esfumaron unas camas y enseres que habían dentro.
Unos 20 ancianos del pabellón 5, que está a un costado del que se prendió, tuvieron que ser cargados en hombros por los "camisas rojas" y el personal del hospital, y fueron refugiados en la capilla ante el temor de que este edificio también se incendiara. En el salón de reuniones se acomodaron las camas, donde ahora los ancianos del pabellón 5 duermen temporalmente. Thompson agregó que por el lugar camina mucha gente que pasa por la playa y no tienen seguridad, pues sólo hay un celador y trabaja sin arma de defensa personal.
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