La forma en la que se comunican las cosas también influye. Una opción divertida sería un cuento en el que la valentía al momento de la inyección, sea el punto central.
LOS PREMIOS
La psicóloga Jazmín Prado manifestó que una de las alternativas que buscan algunos médicos es la de ofrecerles dulces o caramelos si no lloran cuando se les pone la inyección, y de hacerlo, que no hagan pataletas.
Esto es una manera de estimularlos y poco a poco van perdiendo el miedo.
Los padres pueden, desde la casa, hablar con el niño y decirle que lo premiarán por su valentía al atreverse a inyectarse.
El regalo no debe ser muy grande, más bien un pequeño detalle, como un pastel o un pequeño juguete.
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