Nieves Díaz explicó que tiene más de 30 años de estar residiendo en este sector y nunca conoció el propietario de las tierras.

Detalló que los dueños sólo les quieren dar siete mil dólares por tres casas que están al costado de la vía principal; mientras que los demás, que son seis, tienen que salir sin derecho a nada.

Por su lado, Dolores Arias afirmó que lo único que quieren es un pedazo de terreno para vivir.

Destacó que en el último desalojo a las autoridades no les importó tumbar casas de cemento.

En el 2007 se presentaron con unas boletas de notificación que no tenía la firma del corregidor ni del alcalde y procedieron a tumbar las casas.