El mejicano evangelista Lorenzo Soto, en su anterior vida de delincuente fue vecino en una de las prisiones de Meriland Illinois del ex hombre fuerte de Panamá, Manuel Antonio Noriega, y en su conversación con el general pudo percibir que está arrepentido de lo que hizo en Panamá.
Soto estaba en una celda junto a la del ex general. “Noriega lloraba y decía que por qué cometió tantos errores; pero yo quiero pedirles que no lo juzguen, ahora sabemos que sirve y adora a Dios, y será él quien decida” señaló el evangelista.
Dijo que se sentaba en la orilla de su cama y decía que hizo mucho mal en Panamá y que sabía que no se lo perdonarían.
El evangelista que en la vida se dedicó a trabajar con la mafia y era un asesino a sueldo, además de pertenecer a las pandillas como los Mara 18 en Méjico, pidió a los jóvenes colonenses que acepten al Señor porque después será tarde para ellos.
“He escuchado que hay mucha violencia, pero le digo a la juventud que están a tiempo de buscar a Cristo, porque él les entregará las cosas más hermosas” indicó el mafioso convertido.
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