Aunque no se dio la identidad de las personas que participaron en los hechos, se informó que al menos un funcionario de la Feria de La Chorrera, junto a otro del MIDA, subarrendaron a dos fotógrafos el local.

La situación quedó en evidencia cuando los fotógrafos acusaron a los dos funcionarios de haberles cobrado 150 balboas por el alquiler del local.

Ante esta situación, la comisión administradora del festival decidió sacar a los dos fotógrafos de los terrenos, separar del cargo al trabajador del antiguo patronato y pedir el retiro del funcionario del MIDA de ese evento.