"Era un buen muchacho". Esto era lo único que decía Santa Pardo, de 50 años, madre de Víctor Jiménez, de 17 años, uno de los jóvenes que falleció a causa de las quemaduras recibidas en el incendio ocurrido el pasado 9 de enero en el Centro de Cumplimiento de Menores de Tocumen.
Sentada en un sillón en su residencia ubicada en Las Palmitas, de Las Colinas de Cerro Batea, la señora recordó que Víctor solo llegó hasta cuarto grado por la situación económica que había en su hogar. A él le gustaba mucho jugar al fútbol, también le encantaban las peleas de gallos. Por eso era muy querido por los vecinos, a quienes no dudaba en ayudar.
"Era un muchacho bueno", decía su adolorida madre, quien expresó que solo delinquió una vez, cuando cometió un robo, por lo que fue condenado a dos años de cárcel.
Al momento del incendio en el penal, llevaba siete meses cumplidos de su pena y le faltaba solo una semana para ser enviado a la Escuela Vocacional de Chapala, donde quería estudiar chapistería y electrónica.
Ella recuerda que la última vez que lo vio con vida le dijo que se iba a portar bien, porque quería salir adelante.
En tanto, el doctor Algis Torres, psiquiatra y director de la Región de Salud de San Miguelito, Las Cumbres, Alcalde Díaz y Chilibre, dijo que la desintegración familiar, el entorno donde crecen los muchachos y la presión de grupo son las causas que los llevan a delinquir.
Agregó que los padres deben estar pendientes de las cosas de valor que sus hijos llevan a la casa. Cuando esto ocurre, deben ayudarlos llevándolos a centros de resocialización o buscar ayuda de un psicólogo o psiquiatra.
SEPELIO
Mañana, a las 12:00 m., en la iglesia Nuestra Señora del Rosario en Torrijos Carter, será el sepelio de Víctor.
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