Petrosa (2 izq.) acompañada de su marido Alis (2 der.) y su hija Disvin Sathia (izq.), del poblado de pescadores de Muttam en el estado suroriental de Tamil Nadu (India), sufren la agonía que les dejó el tsunami.
Su hijo Anis, de tres años, sufre una lesión cerebral desde hace un mes al estar sumergido mucho tiempo en el agua durante el tsunami del 26 de diciembre.
Aseguran que fue una maldición.
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