Ellas son vistas como la lacra de la sociedad, hijas de la nada y de la más insultante miseria. Esas son las "maras", grupos de asaltantes, traficantes de drogas y matones que han puesto en jaque a las autoridades de Tegucigalpa y que en esta Copa de Naciones de la UNCAF no han pasado inadvertidas. La policía sabe que, actualmente, algunos de sus miembros asisten a los estadios y se refugian entre la hinchada.
El sargento Duarte, quien forma parte del cuerpo policial de Tegucigalpa, expresó que todo apunta a que el robo del viernes a la selección de Costa Rica se ejecutó, posiblemente, debido a la obra y gracia de ellas.
"Nosotros a las maras la tenemos identificadas, pero algunos de sus integrantes logran colarse en los estadios", comentó.
"Las "maras" son atrevidas -dice Duarte-, saben que las delegaciones traen dinero y objetos de valor, y eso las tienta, las atrae a los hoteles y, a veces, ejecutan robos aún sabiendo que existe un alto porcentaje de perder su vida".
CERO TOLERANCIA
Mara vista, mara eliminada. Esta es la regla por estos lares. En Tegucigalpa, ciudad donde la pobreza se confunde con la opulencia, la Mara Salvatrucha, especialmente, es de temer. "No respetan nada-, afirma Duarte-. Con el pretexto de ver fútbol asisten a los estadios para fomentar el caos. No podemos permitir que dañen la Copa UNCAF".
¿IBAN TRAS LOS DOLARES DE LOS PANAMEÑOS?
La selección nacional de Panamá -al parecer era el próximo objetivo de unos supuestos "mareros", razón por la que las autoridades hondureñas reforzaron la seguridad en los hoteles donde se hospedan las distintas delegaciones. "Tuvimos que actuar así, porque cuando esos malhechores golpean una vez, acostumbran a hacerlo dos veces", asevera Duarte.
Los policías y militares, fuertemente armados, apostados en los pasillos y entradas de los hoteles y dentro y fuera del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, provocan cierta sensación de seguridad, pero a la vez deja claro que algo anda mal, que el peligro y la violencia -que alimenta abundantemente las páginas de los diarios catrachos- acechan.
AMENAZAN EL FUTBOL...
Decapitaciones, matanzas diarias. Las maras le dan su bañito de sangre diariamente a la sociedad hondureña, que busca arrancar este mal que amenaza con tomarse por completo al fútbol profesional catracho.
"En las barras de los clubes Motagua y Olimpia, dos equipos con los mayores seguidores, es donde más hay mareros. En los estadios nada más hacen verse y estalla la violencia", afirmó Duarte, uno de los agentes a cargo de velar por el bienestar de las delegaciones hospedadas en el Hotel Maya Honduras y quien nos pidió que nos conformáramos sólo con saber su apellido, que estaba impreso a la altura del pecho en su uniforme azul.
NI IGLESIAS NI SANTOS, SOLO EL FUTBOL LAS CONGREGA...
Duarte destacó que la Iglesia ha tratado de interceder para lograr un acuerdo de paz entre los bandos enemigos. Resaltó la labor del monseñor panameño Rómulo Emiliani, pero "qué va", dice. "Es muy difícil cambiarle la mentalidad a ellos, el camino del bien no está en sus planes", dijo con leve sonrisa.
Ni católicos ni evangélicos, ni budistas ni musulmanes; el fútbol es la única religión en la que las maras parecen creer.
"Las barras de los clubes de fútbol han sido infiltradas, nosotros hacemos siempre este despliegue de seguridad cuando hay eventos como la Copa de Naciones, tal vez la gente marera no logre ser detectada, pero tratamos de que sienta la presencia policial para disuadirla de cualquier acción violenta durante los partidos", relata nuestro entrevistado.
Subrayó que, una vez se mezclan en las hinchadas, a los mareros se les hace más fácil operar, porque al ejecutar sus crímenes se escoden en el anonimato de la multitud para no ser aprehendidos.
NADA DE VISITAR LUGARES PELIGROSOS...
Para este agente policial, en el caso de la delegación panameña, se brindó apoyo inmediato para evitar cualquier atraco.
A Rolando González, gerente de selecciones de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT), se le asignaron dos guardaespaldas que lo acompañaban a todas partes.
El pánico y el riesgo están allí y lo que se le advierte a turistas, periodistas y jugadores es no caminar por colonias como la Nueva Capital, Divino Paraíso, La Nueva Suyapa o Los Profesores, donde la actividad marera es más intensa.
En esta Copa de Naciones, de organización un poco floja y estadio vacío, la UNCAF redobla esfuerzos y coordina con la policía para evitar episodios lamentables.
Cada selección es escoltada por un mínimo de cinco policías. "Hacemos lo mejor para que todos los países se vayan bien y contentos de esta Copa", concluyó Duarte.
IMPARABLES
Mientras la Copa de Naciones se juega con intensidad, las autoridades hondureñas hacen todo para impedir el ingreso de maras al estadio.
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