Las ilusiones de ver crecer a su bebé quedaron en el recuerdo. Edelmira Aizprúa, de 23 años, esperaba el 27 de enero la llegada de su primogénito, pero ese momento se convirtió en una pesadilla.
El lunes 24 de enero, la joven empezó a sentir dolores de parto y, como toda primeriza, acudió al Centro de Salud en San Isidro, en donde le dieron una referencia para el Hospital San Miguel Arcángel (HSMA), explicando que no se le escuchaban bien los latidos del corazón a la criatura.
Gisela Morales, madre de crianza de Edelmira, aseguró que fueron al HSMA, en donde la atendieron y le notificaron que el niño estaba bien y que si el 31 de enero no daba a luz, regresara.
El 26 de enero, Edelmira empezó a botar agua y se acercó al Hospital Santo Tomás (HST) en busca de la atención que no recibió antes, pero le dijeron que el niño estaba bien. Ese mismo día regresó a las 11:00 p.m. al HST y no fue hasta las 12:36 de la madrugada que la atendieron y le dijeron que sólo tenía un centímetro de dilatación y en la tarjeta colocaron que el pulso del bebé era de 136 por minuto.
Por la lejanía de su casa, en La Cabima, decidió quedarse en los alrededores del hospital aguantando las contracciones.
Fue a las 7:00 a.m. del jueves 27, cuando decidieron evaluarla y le notificaron que su bebé tenía dos días de estar muerto, y 12 horas después expulsó el feto.
Ahora, la familia Camarena Morales, que vive junto a Edelmira, solicita una respuesta, pues se preguntan cómo es posible que le digan que el bebé estaba muerto desde hacía dos días, si hay pruebas de lo contrario.
Rodrigo Velarde, director encargado de la Sala de Maternidad del HST, explicó que harán la necropsia a la placenta y el feto el lunes para determinar qué provocó la muerte.
CONDICION
Edelmira está muy afectada emocionalmente por la muerte de su bebé. Permanecerá 48 horas en el hospital.
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