Existe esperanza en la juventud de hoy. Su mamá desde muy pequeño le enseñó la devoción a San Juan Bosco y su amor a Dios, cuenta Víctor Ceballos, un joven de 20 años de edad que cursa el tercer año en la Universidad de Panamá. Aseguró que asistir a la iglesia lo ha ayudado a seguir sus metas, que cuando se siente mal, con algún problema o confundido en algunas decisiones va a la parroquia y conversa con Dios y San Juan Bosco, porque esto lo ayuda a relajarse y adoptar las decisiones correctas si estaba en el camino equivocado. "Cuando más difícil se ven las cosas, Dios nos hace tener paciencia y las cosas mejoran, solo hay que tener fe", manifestó Víctor.
Le doy gracias a mi madre que me formó con valores y ética que son importantes, pero esto también me lo refuerza la iglesia y el amor al creador. Unas de las recomendaciones de Víctor, es que los muchachos tengan con quién hablar, ya sea, un amigo, su padre, madre, alguien de su confianza que le inspire respeto. Una persona con quien pueda conversar el joven lo que le molesta, lo que lo inspira, pero lo importante, es quien pueda guiarlo.
Víctor, quien esperaba paciente para entrar a la misa en la Basílica Menor Don Bosco, continúo hablando con Día a Día, mientras otros muchachos y niños conversaban en el patio de la iglesia, y algunos otros se preparaban, porque forman parte del grupo de monaguillos.
"En Panamá, la mayoría de los jóvenes queremos estudiar y crecer como profesionales" continúo conversando el muchacho con Día a Día.
Agregó que él, se inspira en las personas que desde abajo han triunfado en base a su esfuerzo y estudio, que son hoy, profesionales o personas importante en este país, o pueden ser vecinos que han sabido llevar un buen hogar.
Pedro, otro joven, opina igual. Él asiste a la Basílica Menor Don Bosco y forma parte del grupo de monaguillo, señala que pertenecer a los grupos juveniles de la parroquia le ha dado cambios importantes a su vida y sentido de responsabilidad.
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