El volcán Tungurahua se despertó esta madrugada con fuerza, con estruendos frecuentes y poderosos que no cesan, con bocanadas de ceniza y flujos de rocas incandescentes que bajan por sus flancos. El estruendo permanente es acompañado, a momentos, con cañonazos fuertes y una especie de tiros poderosos que estremecen a decenas de kilómetros de distancia.