Agricultores israelíes de granjas situadas al norte del mar Muerto, han solicitado a la Fuerza Aérea que cancele los entrenamientos de sus pilotos de combate a ras del suelo, por los daños que su ruido causa a las vacas y a las aves.
Los agricultores indican que algunas vacas han abortado en sus establos por el miedo y que, en los gallineros, se han encontrado pollos que murieron por fallos cardíacos.
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