Por eso, amigo lector, para esta fecha tan especial, que es San Valentí­n, le daremos algunos truquitos para que mantenga a su pareja siempre enamorado (a):

• Primero, lo mejor es no ceñirse a ninguna regla y permitir que la imaginación y algunos consejos que damos aquí­ hagan todo.

• No apague la luz para tapar defectos, mejor ponga un pañuelo de color cálido que difumine la luz y coloque velas alrededor.
• ¿Sabe que echar el aliento sobre una piel frí­a puede ser de lo más estremecedor? Pues sí­, cuando hace calor no hay nada mejor que enfriar la piel, así­ que si su pareja tiene calor, deje que se tumbe y pásele por la piel un cubito de hielo. A medida que se va mojando su piel, eche su aliento sobre ella, eso hará que se erice de placer.
• Los masajes son infalibles en el sexo para relajar o excitar a su pareja. Si ahora lo que le propone es excitarle, utilice sus pies. Si su pareja está tumbada, debe tumbarse frente a ella y colocar sus pies sobre su cuerpo, de forma que vaya masajeando su cuerpo a medida que se mueve arriba y abajo para conseguir llegar a todos sus puntos más erógenos.
• ¿Sabe qué es el masaje tailandés? Básicamente, se trata de hacer un masaje con el propio cuerpo. No es necesario ser un experto, sólo sentirse atraí­do por la persona que está con nosotros, bastará para que nos movamos con sensualidad de forma que la pareja que está debajo, se sienta volar de placer.
• Cuando de masajes se trata, lo mejor es que la piel esté preparada para deslizarse fácilmente, esto lo conseguiremos con un aceite especí­fico para masajes. Es mejor utilizar aceites derivados de plantas o flores de olores dulces, como la vainilla o el jazmí­n, porque su aroma resulta más estimulante.
• No se olvide de besar a su pareja, mientras le acaricia o le está haciendo un masaje algo erótico. Existe una tradición tántrica que asegura que cuando se hace el amor, se genera una saliva dulce; por tanto, besarse se hace todaví­a más tentador.

Nota: Un consejo muy importante es no permanecer nunca pasivo en una relación í­ntima. Recibir es bueno, pero a veces puede resultar de lo más excitante, hacer que su pareja reciba placer.