La señora Gloria de Santana, residente en el sector, señaló que no hay espacio para sepultar a más muertos; además, hay una gran cantidad de herbazales y basura.

Mencionó que pronto estarán sepultando a los difuntos en la entrada del cementerio y se visite a los seres queridos van a tropezar con las tumbas.

Cada vez que sopla la brisa se sienten los malos olores del cementerio, por lo que las personas tienen que salir de sus casas huyendo, debido a la fetidez.

Santana agregó que han visto a los perros sacando restos de las tumbas y que probablemente sean atraídos por el mal olor.

El cementerio está en un área pantanosa, y el agua se empoza en el camposanto, lo que puede ser el origen del hedor, que se siente hasta cuando se transita por la autopista Arraiján-Chorrera.

Por su parte, David Cáceres, alcalde del distrito, explicó que por la gran cantidad de viviendas, el cementerio se ha quedado sin espacio, pero que el Banco Hipotecario tiene unos terrenos para resolver esta problemática.

Agregó que las aguas servidas cruzan por un tercio del cementerio y limita el uso de su totalidad, por lo que necesitan un equipo pesado para canalizar las aguas para que fluyan con normalidad.