LA HORA DE CHRISTIAN
Apenas terminó Paul, todo el grupo técnico apareció, movieron guitarras, bocinas, teclados y micrófonos y hasta con papel higiénico y toallas empezaron a limpiar el suelo donde iba a cantar el mexicano. Pasaron como 35 minutos y... ¡"gualá"!... subieron el telón y apareció un hombre vestido de blanco con una guitarra y con luces que le daban de todas partes, parecía un Elvis Presley en sus mejores momentos, era el mismísimo Christian Castro.

El primer tema que interpretó fue "Amor eterno", que por poquito los oídos se me "revientan" con el chillido de su voz. Oigan, tiene una voz qué pa' qué les cuento; les puedo decir que tiene estilo como el de las sirenas. ¡Ohhh!, no sean mal pensados, tiene una voz aguda, impresionante. Luego de allí cantó dos temas más, entre ellos "Amarte así", que fue muy popular en una telenovela. Bueno, en este instante sacaron a los fotógrafos y adivinen quién entró, nada más y nada menos que la esposa del hijo de Verónica Castro, Valeria Liberman, cargando a la pequeña Simone y custodiada por tres seguridad. ¡Qué cool!

Sigo con el concierto... Un tema que puso a muchas a gritar fue "No hace falta", que es tremenda canción. Quisiera contarles muchas cosas más, pero no hay mucho espacio y la verdad lo que les tengo que decir son puras "urras". Si tuviéramos que ponerle una calificación al concierto del 1 al 10, se lleva un 8. Y no porque Christian no lo hizo bien, sino porque sólo se llenó en un 80% y la escenografía no fue un ¡wao! ¡Chao pesca'o!

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