Muy trabajador. Un candente sol de las 3: 00 p.m. no es impedimento para la jornada del señor Daniel Darío Duarte, quien contribuye al país con su honestidad.
Las gotas de sudor reflejaban su cansancio; sin embargo, es perceptible sus ganas de seguir luchando para ganar el sustento diario de su casa.
COMO ANTAÑO
Con un pequeño radio de aquellos tiempos en los que solo existía ese artefacto para comunicarse, el señor Daniel vende sus guineos a todo el que pasa por la parada en la Vía Ricardo J. Alfaro, exactamente frente al Supercentro El Dorado.
¡Bien instalado!
Desde las 8:00 a.m. su pequeño kiosco de madera está instalado para vender al público esa fruta tan querida, que según este vendedor, muchos la compran como merienda.
Antes de esta labor, este panameño capitalino fue cocinero en la cafetería del Instituto América y ayudante de cocina en barcos.
UN ABUELO MUY QUERIDO
Gracias a este trabajo, el señor Daniel logró educar a sus seis hijos, quienes le han dado la gratitud de ser abuelo, pues son siete nietos con los que comparte los fines de semana.
ENTUSIASTA
Desde Calle 14 Santa Ana, el señor Daniel Darío viaja hasta El Dorado para trabajar.
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