Un equipo de arqueólogos españoles anunció el hallazgo en Egipto de la tumba intacta de un arquero de alto rango, de la dinastía XI, con la inscripción "Iqer, el excelente", y con el cuerpo momificado del guerrero dentro. El ataúd, que ha sido encontrado bajo dos grandes arcos y tres bastones largos, lleva inscrito el nombre del difunto en escritura jeroglífica.