Según cuentan los administradores, se estimaba que Centenario no andaba lejos y, para atraerlo, se utilizó como anzuelo colocar varias bananas y otras legumbres que lo llevaron directo a su jaula, luego se cree que optó por quedarse.

Centenario, uno de los seis tapires en cautiverio de dicho parque, regresó con heridas leves en la parte central de su cabeza y columna vertebral, ocasionadas por las áreas que exploró y que no conocía. Los veterinarios y técnicos realizaron un chequeo médico sin encontrar anomalías.

Ayer, en Summit había fiesta, pues se irradiaba el regocijo de contar con Centenario y, de ello, son testigos el Señor Palacios y Balbuena, quienes dan mantenimiento al parque.

AGRADECIDOS
DIAaDIA se interesó por Centenario. Su amiga "Lucía" (tapir hembra) estaba contenta.