Dos hermanos que vivían en granjas vecinas, separadas por un pequeño río, entraron en conflicto.
Durante años, al final de cada día, podían atravesar el río y disfrutar uno de la compañía del otro. Pero ahora todo había cambiado. Lo que comenzara con un pequeño malentendido finalmente explotó en un cambio de ásperas palabras, seguidas por semanas de total silencio.
Una mañana, el hermano mayor sintió que llamaban a su puerta. Era un carpintero que buscaba trabajo. "Sí, claro que tengo trabajo para usted", le dijo el hombre. Ve aquella granja al otro lado del río. Es de mi hermano más joven. Nos peleamos y no soporto verle. ¿Ve aquella pila de madera cerca del granero? Quiero que usted construya una cerca bien alta a lo largo del río para que yo no tenga que verlo más".
Como tenía que irse a la ciudad, el hermano mayor ayudó al carpintero a encontrar el material y partió. El hombre trabajó durante todo aquel día. Ya anochecía cuando terminó su obra. El granjero regresó de su viaje y sus ojos no podían creer lo que veían. En vez de una cerca, había un puente que unía las dos márgenes del río. Era realmente un buen trabajo, pero el granjero estaba furioso y le dijo: "Usted ha sido muy atrevido al construir ese puente".
Sin embargo, al mirar hacia el puente, vio a su hermano que se acercaba del otro margen, corriendo con los brazos abiertos. Por un instante permaneció inmóvil de su lado del río. Pero de repente, en un impulso, corrió en dirección del otro y se abrazaron en medio del puente. ¿Es tu costumbre tender puentes o levantar cercas?
|