Desde muy temprano en la mañana, Justo Moreno se levanta para preparar las pipas que debe vender en la calle F Sur en la ciudad de David. Son 15 años que lleva desarrollando esta actividad.
La amabilidad y el buen trato es lo que caracteriza a este señor que con mucho esmero no escatima esfuerzo para atender bien a sus clientes, tras tener el concepto que un cliente bien atendido regresa.
El señor Justo se dedica a esta actividad desde mucho antes de que construyeran el Súper 99 en la ciudad de David, cuando el terreno era un potrero.
Desde ese momento hasta la fecha, las ventas de Justo no han bajado; son 600 pipas diarias que vende desde las 10:00 a.m. hasta altas horas de la tarde, y de cuyas ganancias dependen cuatro cabezas de familia.
Justo ha sido un verdadero comerciante, que comenzó con la venta de plátanos cuando el ciento costaba B/.1.00 y lo vendían en Penonomé a B/.2.00. Luego los precios aumentaron y se dedicó a vender pipa.
Aunque había mucha competencia en el parque de Cervantes, prefirió ubicarse a un lado de esta vía que es una de las más transitadas, en el pleno centro de la ciudad de David.
Los trabajadores llegan a ganar diariamente con la pequeña empresa de venta de pipas, entre B/.10.00. a B/.15.00 diarios.
Manifestó que siempre hay pipas para vender, ya que recorre todos los pueblos del distrito de David para comprarlas y después revenderlas.
Tiene cinco hijos y seis nietos, entre los que hay abogados y profesores. Pero el negocio de la venta de las pipas no ha terminado, tras considerar que se trata de un negocio que ha sido rentable por la calidad del trato con los clientes.
EXITOSO
Su amabilidad en su negocio lo ha llevado al éxito. Tiene una variedad de pipas para ofrecer.
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