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  jueves 10 de marzo de 2005 enviar por email versión para imprimir
  ENTRETENIMEINTO
La moza del amor

Redacción | DIAaDIA

Hola Moza, quiero decirte que siempre leo tu columna, sobre todo esas historias que me dejan sin respiro por lo que la gente sufre.

Mi nombre es Marta y te escribo para contarte que hace poco tuve un inconveniente en un hospital, pues llevé a mi hijo muy enfermo y lo único que recibí fue groserías de las personas que lo atendieron.

Moza, mi hijo se cayó de la cama y, para mi desgracia, la cama es muy alta, por lo que quedó aturdido y mi susto fue mayor aún porque demoró más de cinco minutos en reaccionar y de nuevo se desmayó.

Hice todo lo que estaba a mi alcance y lo llevé al hospital, pero cuando llegué me encontré con que la mujer que me atendería tenía ganas de hablar por teléfono, de comer y de hacer todo, menos atenderme. Después, quien debía tomarle los reflejos quiso hacer lo mismo y, por último, la doctora que le tocó a mi hijo también. Imagínate que todos se metieron en un cuarto o cubículo y se pusieron a conversar mientras la gente espera afuera enferma con sus familiares, grandes y chicos. No puedo creer que una persona que estudió para ser doctor o atender al público sea así. Lo peor de todo, Moza, es que mi ex pareja o el padre de mi hijo es doctor y ni siquiera se inmutó en ir donde estábamos, porque le puse una pensión para mi hijo, ya que nos abandonó por otra mujer y ni siquiera nos ha dado la cara. Mucha gente sabe quién soy allí y no sé si me trataron mal por haberme dejado con él, pero no puedo creer que hayan hecho eso con mi hijo. Dame un consejo por favor, porque quisiera llevarlo a la ley por lo que pasó y que me las pague.

TRANQUILIZATE, NO VALE LA PENA
Hola Marta, lamento mucho lo que te ha pasado, pues es horrible ver al hijo de uno enfermo y que otros no hagan nada por ayudar. Lo que tienes que hacer es calmarte, sé que te sientes impotente, pero creo que no vale la pena que hagas algo así. Mejor dale gracias a Dios porque tu hijo está bien y piensa que ellos ya tendrán su castigo por lo que hicieron. La próxima vez que le suceda algo a tu hijo ya sabes que no debes ir a ese lugar, y si llegas a ir porque es el más cerca, entonces exige que te atiendan, pues tienes derecho. Si ese hombre no quiere hacer nada por tu hijo, deja las cosas así, pero no le hables mal a tu hijo de él, déjale eso a Dios. ¡Suerte!

 

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