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  viernes 11 de marzo de 2005 enviar por email versión para imprimir
  OPINION
HISTORIAS
El envidioso

Redacción | DIAaDIA

Había una vez un chico picapedrero que se pasaba largas horas picando con su martillo en las rocas que estaban junto al mar, transformándolas en pequeñas piedras. Se cansaba mucho y hacía tanto calor que no paraba de sudar. El niño miraba al cielo cada día y envidiaba al sol, y un día ¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! el niño se transformó en el sol.

Pero cuando más contento estaba siendo el sol, calentando todo y dominando al mundo, vio una nube que se acercaba y se puso delante de él y le tapó toda la cara.

Esto no puede ser. ¿Cómo es posible? Si esta nube es capaz de taparme a mí, quiere decir que la nube es más fuerte que yo. Yo quiero ser esa nube que está delante de mí y… ¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! se transformó en una nube.

Hizo lo mismo cuando vio que el viento movía la nube, y la lluvia calmaba el vendaval. Pero vio que el mar siempre estaba tranquilo, a pesar del sol, la nube, el viento y la lluvia.

Ahora me doy cuenta de que es el mejor, se dijo. Y se convirtió en mar. Al cabo de algunos días empezó a aburrirse de hacer siempre lo mismo, de no poder salir del agua, ni de día ni de noche. Estaba triste cuando, de repente, vio a un chico sentado cerca de las rocas que, muy contento, se comía un bocadillo, y después cogía un martillo y… tac, tac, tac, picaba la roca convirtiéndola en piedras muy pequeñas. Fue así que el chico entendió todo y se convirtió de nuevo en el chico que picaba la roca, pero con una pequeña diferencia… ¡Ahora le encantaba su trabajo.

 

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