El Áloe es una de las plantas más populares de la medicina natural, por sus múltiples aplicaciones curativas. Entre las más populares podemos encontrar: quemaduras, cortes, heridas, cuidado del cabello y del cuero cabelludo (calvicie), hemorroides, venas varicosas, psoriasis, erupciones, manchas de la piel, picaduras de insectos. dolores musculares, problemas digestivos, artritis, sinusitis y asma.
El modo de usar y aplicar esta planta también varía mucho, pues existe un método para cada mal, aunque hay quienes afirman que el mejor modo de usarla es en su estado natural.
El jugo del Áloe que se extrae de la pulpa, no de la cáscara, pues es muy irritante, es la forma más popular de tomarlo. Se diluye una cucharada sopera en medio vaso de agua, se deja reposando por varias horas; después, se toma de una a tres veces al día antes de las comidas.
Fresco: Aplicar la hoja directamente sobre las quemaduras, las heridas, la piel seca, las infecciones por hongos y las picaduras de insectos. Pueden tomarse hasta dos cucharadas en un vaso de agua o con jugos de frutas tres veces al día como tónico.
Precauciones: No emplee este producto natural durante el embarazo, porque los glúcidos de la antraquinona son fuertes purgantes.
Las hojas en grandes dosis pueden producir vómitos.
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