Un día zarpó un barco a alta mar; iban 20 hombres y entre ellos se encontraba un cristiano de quien todos en la tripulación se burlaban.
Una noche estalló el cuarto de máquinas y se hundió el barco sobreviviendo sólo el fiel cristiano, quien fue a parar a una pequeña isla desierta. Eventualmente, empezó a construir una pequeña cabaña para protegerse y proteger sus pocas posesiones.
Un día, se fue a pescar y su choza se quemó. No quedó nada de nada. Anduvo vagando en la isla como sonámbulo, ya sin esperanza.
El náufrago estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía: "¿Cómo pudiste hacerme esto?", y se quedó dormido sobre la hamaca. Temprano a la mañana siguiente, escuchó asombrado la sirena de un buque que se acercaba a la isla.
¡VENIAN A RESCATARLO!
Al llegar sus salvadores les preguntó: "¿Cómo sabían que yo estaba aquí?". Y ellos les respondieron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste..."
Es fácil enojarse cuando las cosas van mal, pero no debemos perder la fe en Dios, porque Dios está trabajando en nuestras vidas en medio de las penas y el sufrimiento, para darnos crecimiento espiritual y más fe en Él.
Recuerda la próxima vez que tu pequeña choza se queme. . . . No Pierdas la fe. Puede ser una señal de humo para tu bien.
Por todas las cosas negativas que nos pasan, debemos decirnos a nosotros mismos siempre: Dios tiene siempre una respuesta positiva para todo lo negativo.
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