Él me aseguró que con mente positiva y fe en que todo se curará, hasta las personas que padecen de cáncer lo logran. La verdad, yo lo miraba media escéptica, pero resolví ser positiva y bueno, lo estoy intentando...
Eso fue luego de que la tarde del lunes me deprimiera tanto cuando mi doctor me dijo que quizás pueda pasar "meses" para que la mitad de mi lengua vuelva a la normalidad, pues hace ya una semana, desde que me hicieron una extracción, ella sigue "mimiendo".
Lloré e incluso intenté salir del consultorio sin decir más, pero con la calma que lo caracteriza me dijo: "¿No estás completa? Sí, eres tú quien tiene el malestar, pero puedes comer, hablar bien y tu lengua tiene su movimiento normal. Hay personas que les falta una pierna, un ojo y siguen su vida normal; tú te vas a curar, ellos no".
Ahí empecé a secarme las lágrimas y comprender que el mundo no se acaba por eso. Es cierto, gracias a Dios, yo no tengo ni la cuarta parte de los problemas de muchas personas y lo mío tiene solución, con medicamentos y mucha paciencia, pues esta era parte de una de las complicaciones que acarreaba la cirugía.
Mi preocupación sigue y los síntomas de recuperación también, ahora solo trataré de no prestarle atención al problema y aprender a vivir así hasta que un día, espero que no muy lejano, la mitad de mi lengua decida despertar.
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