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Aguadulce, tierra de la sal y el azúcar, porque desde siempre, por su abundancia de sal marina en las famosas salinas, éstas han sido un soporte de la economía del área.
Aguadulce, tierra de la sal y el azúcar, porque desde siempre, por su abundancia de sal marina en las famosas salinas, éstas han sido un soporte de la economía del área.
Aguadulce, tierra de la sal y el azúcar, porque desde siempre, por su abundancia de sal marina en las famosas salinas, éstas han sido un soporte de la economía del área.
Aguadulce, tierra de la sal y el azúcar, porque desde siempre, por su abundancia de sal marina en las famosas salinas, éstas han sido un soporte de la economía del área.
La existencia de las salinas en Aguadulce se remonta a la época de los colonizadores en tierras coclesanas, en donde los indios bajaban de las montañas en tiempo de verano, siendo el cacique del área el que intercambiaba sal con otras tribus.
La existencia de las salinas en Aguadulce se remonta a la época de los colonizadores en tierras coclesanas, en donde los indios bajaban de las montañas en tiempo de verano, siendo el cacique del área el que intercambiaba sal con otras tribus.
La existencia de las salinas en Aguadulce se remonta a la época de los colonizadores en tierras coclesanas, en donde los indios bajaban de las montañas en tiempo de verano, siendo el cacique del área el que intercambiaba sal con otras tribus.
La existencia de las salinas en Aguadulce se remonta a la época de los colonizadores en tierras coclesanas, en donde los indios bajaban de las montañas en tiempo de verano, siendo el cacique del área el que intercambiaba sal con otras tribus.
Ya para el siglo XIX aparece Marín Campos, primer salinero que se encarga de formar los primeros destajos y tercios en las salinas, hasta que llegan a ser 16,000 tajos con un total de 144 dueños. En esos primeros tiempos los salineros tenían que guardar la sal recogida en los patios de sus casas y luego era trasladada en caballos, y después en carretas, hasta que fueron prestados los depósitos de sal, propiedad del MIDA.
Ya para el siglo XIX aparece Marín Campos, primer salinero que se encarga de formar los primeros destajos y tercios en las salinas, hasta que llegan a ser 16,000 tajos con un total de 144 dueños. En esos primeros tiempos los salineros tenían que guardar la sal recogida en los patios de sus casas y luego era trasladada en caballos, y después en carretas, hasta que fueron prestados los depósitos de sal, propiedad del MIDA.
Ya para el siglo XIX aparece Marín Campos, primer salinero que se encarga de formar los primeros destajos y tercios en las salinas, hasta que llegan a ser 16,000 tajos con un total de 144 dueños. En esos primeros tiempos los salineros tenían que guardar la sal recogida en los patios de sus casas y luego era trasladada en caballos, y después en carretas, hasta que fueron prestados los depósitos de sal, propiedad del MIDA.
Ya para el siglo XIX aparece Marín Campos, primer salinero que se encarga de formar los primeros destajos y tercios en las salinas, hasta que llegan a ser 16,000 tajos con un total de 144 dueños. En esos primeros tiempos los salineros tenían que guardar la sal recogida en los patios de sus casas y luego era trasladada en caballos, y después en carretas, hasta que fueron prestados los depósitos de sal, propiedad del MIDA.
En el proceso de la sal se llenan los tajos del agua marina que hay en los tercios (canales más grandes que los tajos) para luego sellarla con la compuerta hecha con el mismo barro, para así evitar que se vuelva a salir el agua, luego se espera de nueve a ocho días en que el sol evapore el agua, quedando en el fondo la sal para sacarla con el rolo (herramienta de madera).
En el proceso de la sal se llenan los tajos del agua marina que hay en los tercios (canales más grandes que los tajos) para luego sellarla con la compuerta hecha con el mismo barro, para así evitar que se vuelva a salir el agua, luego se espera de nueve a ocho días en que el sol evapore el agua, quedando en el fondo la sal para sacarla con el rolo (herramienta de madera).
En el proceso de la sal se llenan los tajos del agua marina que hay en los tercios (canales más grandes que los tajos) para luego sellarla con la compuerta hecha con el mismo barro, para así evitar que se vuelva a salir el agua, luego se espera de nueve a ocho días en que el sol evapore el agua, quedando en el fondo la sal para sacarla con el rolo (herramienta de madera).
En el proceso de la sal se llenan los tajos del agua marina que hay en los tercios (canales más grandes que los tajos) para luego sellarla con la compuerta hecha con el mismo barro, para así evitar que se vuelva a salir el agua, luego se espera de nueve a ocho días en que el sol evapore el agua, quedando en el fondo la sal para sacarla con el rolo (herramienta de madera).
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