Las familias que aún permanecen dentro de los linderos de la cantera ubicada en El Coco, en La Chorrera, se niegan a abandonar sus casas.
Ellos alegan que el sector de Potrero Grande, donde serían reubicados, carece de agua potable, carreteras y electricidad.
Estas familias viven dentro de un área de concesión de la cantera, que aún no ha sido explotada por la empresa.
Otro de los inconvenientes de mudarse es la falta de transporte, ya que deben caminar 30 minutos para conseguir un bus.
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