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  viernes 8 de abril de 2005  enviar por email versión para imprimir
  EL MUNDO
Fue el último adiós
Cientos de miles de personas aún no superan la pérdida del "Consejero Espiritual" más grande del mundo.

Internacional | Agencias Internacionales

Hoy enterraron al Papa. El fallecido Juan Pablo II pensó en la posibilidad de renunciar al papado, tras el jubileo del año 2000 y no descartó en 1982 ser enterrado en Polonia, aunque tres años después dio libertad de decisión sobre ello a los cardenales, pero exigió ser inhumado bajo tierra.

Así lo manifiesta en su testamento, hecho público ayer por el Vaticano, un texto que escribió el 6 de marzo de 1979, pocos meses después de ser elegido Papa y al que añadió algunas páginas en 1980, 1982, 1985 y 2000.

El testamento, un bello y conmovedor texto, comienza con el lema de su Pontificado "Totus tuus ego sum" (Soy todo tuyo).

DETALLES DE SU TESTAMENTO
Sus primeras palabras son que es preciso estar atento, ya que no se sabe el día en el que llamará el Señor y desde ese momento se pone en manos de "la Madre de mi Maestro".

"En estas manos pongo a la iglesia, a mi nación (Polonia) y a toda la humanidad".

Tras subrayar que escribió el testamento después de releer el de Pablo VI, Juan Pablo II agregó: "No dejo nada, ninguna propiedad de la que sea necesario disponer".

"Respecto a las cosas de uso diario que me servían, pido que sean distribuidas como se considere oportuno. Los apuntes personales tienen que ser quemados. Pido que sobre esto vigile don Estanislao (su secretario, Estanislao Dziwisz), al que agradezco su colaboración y ayuda y por lo comprensivo", escribe el Papa.

¿CONFLICTO DE DECISIONES?
Karol Wojtyla agrega que en referencia al entierro "repito las mismas órdenes que dio Pablo VI, el sepulcro debe ser en la tierra y no en un sarcófago".

Ese es el primer testamento, fechado en Roma el 6 de marzo de 1979.

Juan Pablo II volvió a referirse al tema el 5 de marzo de 1982 y en la cuartilla añadida escribe que "sobre el lugar (del entierro) que decida el Colegio Cardenalicio y los compatriotas".

Añade que por "compatriotas" tiene en mente al arzobispo de Cracovia o al Consejo General del Episcopado de Polonia, y que al Colegio de Cardenales "pido que satisfaga en todo lo que sea posible las eventuales peticiones de los citados".

En esta cuartilla del año 82, se nota el amor del Papa por su Polonia natal y que su corazón está dividido entre Cracovia, de la que fue arzobispo y cardenal y de la que salió para ser Papa, y Roma, cuna de la cristiandad.

Sin embargo, en 1985 cambia de idea. El Papa le preguntó al cardenal francés Jacques Martins, qué le parecía la idea de que fuera enterrado en la catedral de Cracovia, a lo que el purpurado le respondió que haría felices a los polacos y que desilusionaría a la cristiandad.

REVELACIONES TRAS ATENTADO
Planteó el 13 de mayo de 1981, el día del atentado en la plaza de San Pedro, "la Providencia Divina me ha salvado, Dios me ha prolongado la vida y desde ese momento pertenezco aún más a Él. Espero que me ayude a reconocer hasta cuándo debo continuar con este servicio, al que me llamó el 16 de octubre de 1978".

"Espero también que mientras cumpla el servicio petrino (de Pedro) en la iglesia, la misericordia de Dios me dé las fuerzas necesarias para ello", añadió el Papa.

Esas palabras muestran el tormento de aquellos días del Pontífice, que siempre mantuvo que permanecería al frente de la iglesia hasta que Dios quisiera.

En el año 2000, Juan Pablo II también se refiere a la situación en el mundo y resalta que "en la década de los 80 era difícil y tensa, pero que desde otoño de 1989 ha cambiado".

En octubre de ese año cayó el Muro de Berlín y comenzaron a desmoronarse los regímenes comunistas de Europa del este.

"El último decenio (1990-1999) ha estado libre de las tensiones, pero ello no significa que no haya traído nuevos problemas y dificultades. Hay que dar gracias a la Providencia porque el periodo de la Guerra Fría ha acabado sin el violento conflicto nuclear, peligro que pesaba sobre el mundo en el periodo precedente", escribió el Papa.

En el testamento agradece la colaboración de todos y recuerda a los hermanos de las iglesias separadas, a los judíos -nombra al Rabino Jefe de Roma, el todavía vivo Elio Toaf-, entre otros.

Y concluye afirmando que conforme se acerca el día de su muerte le vienen a la memoria sus padres, su hermano, su hermana , "a la que no conocí porque murió antes de que yo naciese", y su pueblo, Wadowice, "la ciudad de mi corazón".

"A todos quiero decir sólo una cosa: Dios os recompense", concluye el Papa, que cierra el testamento con la frase en latín: "En tus manos encomiendo mi espíritu".

APUESTAS POR NUEVO PAPA
Como si de una carrera de caballos se tratase, varias páginas web ya aceptan apuestas sobre quién será el próximo Papa, qué nombre elegirá o cuánto tiempo pasará hasta que aparezca el famoso humo blanco.

La mayoría de los jugadores de Paddy Power (www.paddypower.com) esperan que tras el anuncio de "Habemus Papam", en la ventana de la Basílica de San Pedro, aparezca el rostro del nigeriano Francis Arinze o del italiano Dionigi Tettamanzi, los favoritos.

Al lado de las apuestas sobre fútbol, tenis o golf, los jugadores empedernidos no tienen inconvenientes en sacar jugo al tema del día, "el Papa", en sitios de Internet como éste.

 
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