Y es que este hombre de 47 años, quedó sin empleo, luego de laborar por más de 15 años como salonero en hoteles.

En vista de esta situación, teniendo esposa y su hijo de 7 años, decidió dedicarse a vender legumbres, como lo hacía antes.

Cuenta que optó por este negocio, porque ya tenía experiencia. Además de que es algo que da ganancias más rápido.

Pero, su puesto de venta no es una mesa como la mayoría, Angel vende sus productos en su propio auto, un busito muy espacioso para su trabajo.

Desde las 4 a.m., se levanta para ir al Mercado de Abastos a buscar los productos, a eso de las 5: 30 a.m. acude a los predios de la Lotería Nacional de Beneficencia, en avenida Perú, a buscar un lugar cómodo en la acera donde pueda estacionarse. Allí vende hasta las 4: 00 p.m.

Se ubicó en este lugar, porque es una esquina de bastante movimiento, sobre todo, los miércoles y domingos de sorteo.

En los tres meses de estar en el negocio, ha tenido ganancias aceptables, pues es consciente de que ahora los productos están un poco más caros por la gasolina y la realidad económica de Panamá. "Si suben el costo, uno debe pasárselo a los clientes y a veces bajan un poco las ventas", dijo. No obstante, mantiene su optimismo y sale a trabajar de lunes a viernes y los domingos trabaja hasta después del sorteo de la lotería.

Es consciente que a su edad, difícilmente conseguirá un trabajo, por lo que se esfuerza por darle una buena atención a sus clientes.

ASPIRACION
Ángel tiene pensado establecer un negocio en el interior del país.