Pronunciamiento.La antorcha olímpica de los Juegos de Pekín recorrió ayer las calles de París en medio de manifestaciones en favor del Tíbet y de los derechos humanos en China y de incidentes que obligaron a apagarla y a protegerla en un autobús.
El paso de la antorcha no tuvo nada de festivo y se convirtió en una manifestación en contra del régimen chino y, en particular, en favor del pueblo tibetano.
La lluvia de incidentes obligó a suspender los últimos 28 kilómetros del recorrido y la llama llegó al estadio de Charléty en un nada vistoso autobús, lejos del clamor popular que le supone al símbolo olímpico.
Desde que el fuego de los Juegos comenzó su recorrido en la Torre Eiffel, su paso por París se convirtió en una carrera de obstáculos que obligaron a los organizadores a montarla en un autobús para poder avanzar.
La Prefectura de Policía de París confesó que en una ocasión se vieron obligados a apagar la llama por un problema técnico, pero diversos testigos aseguraron que el fuego desapareció en más ocasiones.
Una información difícil de confirmar ante el caos del recorrido, abarrotado por banderas del Tíbet y rodeado de un inédito dispositivo de seguridad que apenas permitía apreciar la antorcha.
SALDO
El paseo de la llama se saldó con varios arrestados.
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