Lejos de las frivolidades de Hollywood, los escándalos de los artistas y los vicios que conllevan este difícil medio, Jesús es hoy y siempre la figura que ha servido para ser el protagonista de su propia historia. Hoy, que es el día en el que más lo recordamos, es necesario acotar que el cine se ha convertido en un mecanismo evangelizador que no pasará de moda, al igual que la vida de El Salvador.

El nacimiento, vida y muerte del hijo de Dios para los miembros de la cultura judeocristiana, se convirtieron en episodios de referencia en los inicios del cine. Probablemente, la primera vez que se filmó la muerte de Jesús en celuloide fue en 1897, en una cinta que hizo el francés George Hatot para la Casa Lumiere, primera empresa del rubro en Europa. Con la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, se ha dejado claro que desde hoy nadie volverá a ser igual, y aquéllos que buscan la verdadera felicidad, qué mejor que conocer al responsable de ella: Cristo Jesús.

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