Resulta que tengo dos hijos mayores de edad. Uno de ellos tiene una novia muy bonita, pero muy zafada de boca.

Cuando mi esposo y yo la conocimos nos cayó muy bien, pero con el tiempo fue sacando las uñas, o mejor dicho, las garras y ahora no la soportamos.

Ella siempre se queda en la casa y con eso la confianza se apoderó de ella. Ahora manda, a pesar de que no levanta ni un dedo para arreglar la cama.

Es tan confianzuda que le gusta regañar, incluso gritar, ya que lo ha hecho con dos sobrinos que siempre están de visita.

Moza, estoy al borde de la ira, pues ya le he dicho que no se meta en las cosas de nuestras familias; sin embargo, me dice que también forma parte de la familia, porque es la novia de mi hijo.

Es una mujer que no se da a querer, pues en vez de buscar una solución, lo que hace es echarle más leña al fuego.

Rosario

PON LOS PUNTOS SOBRE LA MESA
Amiga, en tu casa mandas tú y tu esposo y no la novia de tu hijo.

De una vez por todas tienes que decirle a ella que se baje de esas nubes y que no tiene derecho a hacer más de tres cosas en tu hogar.

Tienes que hacerle entender que debe ocupar su lugar, ya que tiene que esperar a casarse para mandar en su casa.

Además, aclárale que no tiene derecho a estar regañando a tus sobrinos, puesto que eso le puede traer graves problemas.

Si no te atreves a hablar con ella, entonces habla con tu hijo para que le explique que las cosas no funcionan así. Dile a él que converse con su novia y le haga saber que se está portando mal.

Ahora, yo creo que tienes la solución en tus manos, sólo debes actuar. Amiga, no permitas que esto destruya tu matrimonio que con tanto amor has construido.