Isaac Bósquez, a sus 23 años, no puede caminar, luego que el proyectil de un arma de fuego quedara en su espalda, cuando junto a otra amiga fueron a comprar marihuana.
Por sus "malos pasos", ahora debe movilizarse en una silla de ruedas. Pero Isaac solicita una oportunidad, porque ahora reconoce que todo lo bueno tiene valor.
Ese 1 de noviembre de 2003, el joven se trasladó a calle 14 Santa Ana, en ciudad de Panamá, para comprar droga y, de repente, escuchó tres detonaciones que no iban dirigidas a él, pero una de las balas se incrustó en su columna.
"No tengo idea de lo que pasó ese día, pero ahora estoy solo contra el mundo; no cuento con la ayuda de nadie ni con mis familiares; no tengo colchón para dormir ni alimentos", dijo Isaac.
Triste, manifestó que como ahora está molesto con su mamá, ella ni siquiera lo ayuda, y por eso decidió solicitarle apoyo a las autoridades a través de este medio, porque no sabe qué hacer.
|