Las autoridades de Salud de Panamá y Costa Rica se reunieron ayer para analizar los mecanismos de prevención que se están llevando a cabo en la región fronteriza de Paso Canoas.
La acción es para detectar cualquier caso sospechoso de influenza humana (gripe porcina).
Pablo Acosta, director regional de Epidemiología del Ministerio de Salud (MINSA), explicó que hasta el momento no se tiene reporte de ningún caso sospechoso en Chiriquí, ni en el cordón fronterizo.
Acordaron reforzar con un médico en las horas de mayor movimiento de pasajeros en la frontera para estar preparado ante cualquier contingencia.
Además, al llegar los conductores tienen el deber de reportarle al equipo de migración si existe alguna persona con la sintomatología de esta enfermedad que ha cobrado la vida de muchos mexicanos.
Los pacientes tienen que llenar una declaración jurada de su estado de salud y de presentar algún síntoma, la persona será evaluada por el personal de salud, para determinar si se trata de un caso sospechoso para que entre el equipo de respuesta rápida.
Trascendió que a unos 36 kilómetros de la frontera de Paso Canoas, en el sector de Río Claro, hay una familia de cinco mexicanos que han sido puestos en cuarentena porque tenían algunos síntomas.
A estas personas le tomaron las muestras correspondientes y fueron enviadas a San José Costa Rica para determinar si se trata de nuevos casos o era una simple sospecha.
La frontera de Paso Canoas sigue con el desenvolvimiento comercial en forma normal, sólo que los funcionarios que laboran en las instituciones públicas en el lado panameño mantienen sus mascarillas colocadas en el cuello y otros la tienen puesta como medida de prevención.
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