Por eso, el mediocampista panameño Julio Medina III está decidido a trabajar fuerte para quedarse en la selección y así poder responderle a la fanaticada que lo acusó de haberse vendido en el partido eliminatorio jugado contra Guatemala el 17 de agosto del 2005 y en el que Panamá cayó por 1-2 en una derrota que significó el inicio de una debacle.

Y es que este diminuto volante de creación aún recuerda con amargura aquellos instantes en que fue fustigado, luego de que al minuto 60 del encuentro dejara a la tricolor con un hombre menos, tras su expulsión por doble amarilla en una falta flagrante sobre el jugador Gonzalo Romero, que el central salvadoreño Rodolfo Sibrián no perdonó.

"Quiero seguir mejorando. Ojalá tenga la oportunidad de estar en la selección y voy a trabajar fuerte para quedarme. Ahora sólo pienso en concentrarme en esto y la verdad es que tengo una espinita que quiero tapar, algo que quiero callar a mucha gente, recuerdos del pasado, y por el momento solo quiero decirle a todas las personas que me disculpen y esta vez voy a luchar para tratar de sanar eso", indicó. A su salida ayer de los entrenamientos de la selección mayor, y después de más de un año fuera, "Puchito" contó su verdad sobre lo ocurrido en Guatemala.

"En ese momento no ocurrió nada fuera de lo común, simplemente fue una jugada fortuita, lastimosamente la gente no está acostumbrada a verme jugar así, quise jugar muy fuerte y de repente la gente lo tomó raro, pero era un partido de eliminatoria y la verdad es que me entusiasmé demasiado porque quería ganarle a Guatemala en su casa, para mí hubiera sido grandioso y lastimosamente me sacaron con roja. Eso fue todo lo que pasó", expresó este veterano jugador que dijo tener su conciencia limpia.

"Sé que se habló de que me vendí, pero mi conciencia está limpia, quiero que la gente sepa que por la mente de Medina nunca ha pasado eso. Mi país #1 es Panamá, yo nací aquí, crecí aquí y la plata no me va a cambiar en nada, yo sigo siendo el mismo", subrayó.

POSICION
"Puchito" hasta llegó a pensar que por lo ocurrido nunca más lo convocarían a la selección y dijo no estar arrepentido de nada.