Los terrenos del cementerio municipal no escapan de la llamada "fiebre del hierro", al incursionar un grupo de personas de forma furtiva dentro de los linderos del campo santo, tras ubicar el área en donde décadas atrás funcionó el vertedero.
La actividad fue paralizada por la administración del cementerio, luego que se descubrieran los dos puntos en donde se iniciaron las excavaciones, en las cuales los buscadores de hierro se valieron de picos y palas.
Para el alcalde de La Chorrera, Luis Guerra, la actividad fue realizada por "personas sin ningún tipo de escrúpulos" y que impulsadas por la "fiebre del hierro" han perdido las proporciones dejando de lado las consecuencias de extraer material en determinado lugar comunal.
La excavación fue realizada en una pendiente y cerca de un muro que sirve de división dentro del camposanto, lo que de continuar estaría debilitando las bases de la ya resquebrajada tapia.
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