SECCIONES
DE INTERES

 
enviar por email versión para imprimir

Google
 

  OPINION
A ti te puede pasar

Redacción | DIAaDIA

M e llamo Edgar y soy un hombre afortunado. Tengo tres hijos que son la alegría de mi casa. El más grande, Germán, de 17 años es todo un hombre a pesar de su corta edad.

Las chamaquitas no cesaban de llamar por teléfono. Pero un día, salió de campamento y allá se sintió enfermo. Sus compañeros creyeron que era algo pasajero, pero lo llevaron a casa inconsciente.

Estando en el hospital, en vez esperanzas lo que el doctor le propuso fue que si fallecía Germán, que donara sus órganos. Esa experiencia fue monstruosa. Luego me fui a la iglesia más cercana para gritarle a Dios si no tenía compasión de lo que le pasaba a mi familia.

En esa iglesia hablaban de que Abraham, en su ancianidad, teniendo a su único hijo como sostén, Dios se lo pedía en sacrificio. Y empezó a preguntarse. ¿Qué Dios no fue nunca papá? ¿Qué no sabrá lo que significa ver a un hijo a punto de morir?

Esto motivó en mí una profunda reflexión. Yo iba a reclamarle a Dios, con mucho coraje, pero entendí en ese momento que también Jesús había padecido. Me imaginé el dolor de Dios.

Cuando parecía que todo estaba perdido, mis otros dos hijos pidieron permiso para cantarle al oído, acompañados de la guitarra de Germán, un canto que a mi hijo le gustaba cantar en todas las ocasiones en que estábamos juntos: "Nadie te ama como yo". Todos llorábamos de emoción y aquél canto se convirtió en una oración. Para sorpresa de todos, con el canto, Germán comenzó a dar señales de vida, y cuando el canto terminaba, Germán abrió los ojos por primera vez y lloraba, pero de agradecimiento por el don de la vida. Así es de bueno el Señor con nosotros.





   
 
ADEMAS EN ESTA SECCION...
Amplían horario
A ti te puede pasar
¿Cree usted que por la gripe A (H1N1) se deben cancelar las fiestas patronales en los pueblos del interior?



ciudad de panamá 
copyright © 1995-2008 DIAaDIA ONLINE, todos los derechos reservados