Las conversaciones no prosperaron. Los estudiantes del Instituto Nacional sintieron que Lurys Cárdenas, directora Regional de Educación de Panamá Centro, los quiso enredar y decidieron cerrar la avenida de Los Mártires en forma indefinida, desde las 10 de la mañana de ayer.
Cárdenas no accedió a la petición de los estudiantes de separar del cargo a la rectora encargada Noris de Porras y, en su lugar, les pidió que le dieran una oportunidad.
El mismo estudiantado comenzó a tirar piedras a policías de los alrededores.
Durante la tiradera de piedras, los "aguiluchos" arremetieron contra el auto de un policía que estaba de vacaciones. El guardia, enfurecido, sacó un arma 9 milímetros y luego una escopeta 12, disparando contra los estudiantes. Luego fue detenido bajo investigación.
Los enfrentamientos con los antimotines se disiparon a la 1 de la tarde con las fuertes lluvias.
Sólo se detuvo a dos estudiantes, mientras que el resto de los institutores fueron sacados del plantel, en un acuerdo entre los profesores y las unidades antidisturbios.
El Artes y Oficios estremeció la vía Simón Bolívar.
En el Artes y Oficios la violencia estudiantil se desbordó. En horas del mediodía cerraron las calles e hicieron de las suyas hasta más no poder, a pesar de la constante lluvia, por espacio de cuatro horas.
A los buhoneros les arrebataron la mercancía que tenían a la venta. Los dueños de autos que transitaban la vía Simón Bolívar fueron víctimas de vandalismo y agresión física. También, los despachadores de combustible de la estación Delta, localizada a un costado de la Cervecería Nacional, fueron despojados de sus pertenencias, así como de B.400.00., producto de las ventas. Uno de los afectados fue el sacerdote carismático, monseñor Alejandro Vásquez Pinto, quien fue herido con un punzón en el muslo derecho, mientras era intimidado por tres artesanos para robarle dinero y su celular. Incluso, lo amenazaron con matarlo colocándole un cuchillo en el cuello.
Vásquez Pinto manifestó que hay que revisar los valores morales de la juventud, que en su ausencia provoca desmadres como éstos.
Al lugar llegaron unidades del Control de Multitudes de la Policía Nacional y lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los artesanos y evitar que siguieran atacando a terceros.
Según ellos, el objetivo de su lucha es conseguir herramientas para sus talleres y que les nombren más profesores.
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