El olor a madera y aserrín son pruebas del arduo trabajo que realiza este artesano, quien se levanta muy temprano para ir a su taller, en donde su creatividad es un complemento esencial, pues en ocasiones pasa más de las ocho horas laborables "puliendo" los muebles.

Él es padre de cuatro chicos, quienes actualmente estudian, dos de ellos son universitarios que se graduarán de Administración de Puertos y otra en Negocios Internacionales. Los otros dos están en primaria.

"Cuando mi niño esté más grande le enseñaré lo que sé, pues es de mucha ventaja crear los muebles como uno quiere", dijo el ebanista.

Mientras el comerciante almorzaba, daba detalles de su vida, e hizo memoria cuando se graduó en la Escuela Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, en la promoción de 1974, en donde confeccionó su primer mueble.

Estando en la escuela ya laboraba en la zona militar de Clayton y Howard, en trabajos de carpintería.

Al pasar los años, instaló su taller en la casa, y luego inauguró hace tres años el taller "Soli Wood", en donde siempre, con el favor de Dios, llegan los clientes.

Al fondo del taller estaba una silla de madera, en la que a la vista resaltaba la elaboración y dedicación al trabajo, y se perfilaba que después de la pintura y el barniz sería una belleza de juego de comedor.

Al retirarse este medio, Jorge continuó en su mundo de maderas de cedro, roble y bálsamo, que es su materia prima en donde seguirá plasmando su creatividad.

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