Eran las 6: 05 p.m. cuando se jugaban 25 minutos de la primera parte en el partido entre Trinidad y Tobago y Panamá, cuando llegamos a la residencia de los padres del defensa de la tricolor nacional, camiseta número 13, Joel "Joy" Solanilla.

Aquello era un estadio pequeño, con pantalla gigante, pero con público por todos lados y de todas las edades.

"¡Bienvenidos, están en su casa!", exclamó con una sonrisa en sus labios la jefa del hogar, Yadira de Solanilla, acompañada de su esposo Isaac.

Fuimos tomando ubicación dentro de la numerosa familia Solanilla: hermanos, primos, sobrinos, amigos y cuñadas, en especial la novia de "Joy", Ingrid Tapia, disfrutaban del partido.

NERVIOS DE PUNTA
Llegó el minuto 33, cuando un silencio sepulcral invadió a la familia Solanilla, y no era para menos, había caído el primer gol de los trinitarios.

"¿Por qué siempre golean primero a Panamá?", preguntaba muy enojada una prima de Joel.

El calor comenzaba a sentirse cada vez más en el humilde hogar, mientras caía la noche y una pertinaz lluvia. Sin embargo, esto no era impedimento para que el ánimo bajara.

"¡Vamos Panamá!, esto apenas está comenzando", dijo el hermano mayor de "Joy", Osvaldo, quien también vistió años atrás la tricolor nacional.

Así terminarían los primeros 45 minutos.

PESCADO Y FUTBOL
En un abrir y cerrar de ojos, la segunda mitad había iniciado, mientras que en la cocina, la jefa del hogar se dedicaba a freír unas que otras presas de pescado, que tenían a más de cuatro en expectativa.

"Están jugando muy fríos. Hay que meterle más ganas al partido. La media cancha debe imponer respeto para buscar el empate", opinaba con autoridad Osvaldo.

El nerviosismo aún se respiraba en el ambiente, mezclado con ese olor exquisito del pescado.

Por otro lado, la mamá de "Joy", Yadira, caminaba de la cocina a la sala, y viceversa, tratando de calmar el nerviosismo que la invadía.

Transcurrían 65 minutos, y en las pantallas de televisión se observaba que Panamá estaba decidido a buscar el empate.

"Y viene el gol... Y viene el gol", se unió en un solo coro la familia Solanilla.

De repente... ¡Gol de Trinidad y Tobago!

Otra vez, un silencio reinó en la casa.

MADRE ORGULLOSA
Silbato final. Panamá cayó 2-0 ante Trinidad y Tobago, pero esto no opacó el rostro de alegría de Yadira.

"Para mí es un orgullo el ver a mi hijo más chiquito vestir la camiseta nacional. Le doy gracias a Dios porque se le cumplió su gran sueño de jugar con el equipo mayor", precisó la madre de Joel.

Así finalizaría nuestra convivencia con la familia Solanilla. Los agradecimientos no faltaron por ambas partes, porque lo vivido anoche en Pan de Azúcar iba a quedar grabado para siempre.

DEDICACION ESPECIAL
Según Yadira, su hijo Joel le dedicó su actuación a su novia Ingrid Tapia, quien el viernes cumplió un año más de vida.