Su nombre: Reynaldo Hurtado, de Colombia y al que apodaban "El Doberman".

"Hurtado de verdad que está alto. Sólo había combatido con un púgil de esa estatura cuando era boxeador aficionado. Recuerdo que apenas tenía 14 años", comentó Martínez vía telefónica desde Nueva York. "Gracias a Dios, el apodo le quedó grande a Hurtado, porque lo fulminé rápidamente", agregó.

"Ñáñara" sólo necesitó de cuatro asaltos para exterminar a Hurtado el martes en el “Sycuan Resort Casino” en California, Estados Unidos.

CASTA DE CAMPEON
Bien lo dice mi sabio padre y lo volvió a reafirmar "Ñáñara" Martínez: "los apodos no hacen al boxeador".

"Desde que sonó la campana me di cuenta de que Hurtado me tenía miedo.

El primer asalto lo gané fácil 10-9. En el segundo, lo mandé a la lona con un gancho de derecha. Hurtado se salvó que le sonó la campana", precisó el alto clasificado de las 118 libras.

Agregó que "en la cuarta vuelta le rellené la vida de golpes, lo que provocó que el árbitro detuviera las acciones".

Esta fue la novena victoria de "Ñáñara" de forma consecutiva, racha que inició el 6 de junio de 2003 cuando puso a dormir al "paisa", Francisco Hurtado, en Estados Unidos.

¿FUTURO?
"Ñáñara" declaró que ahora lo que debe venir es una pelea de título mundial, posiblemente en la OMB o AMB.